La Laguna, ¿caso de éxito en seguridad?

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La Laguna, ¿caso de éxito en seguridad?

Orlando Camacho Nacenta, 1 de mayo, 2019.

La comarca lagunera o La Laguna es una región sui géneris que se ubica en el centro-norte de la República, entre los límites de los estados de Coahuila y Durango. Conformada por 5 municipios del primero y 14 del segundo estado, alberga en su territorio a la novena zona metropolitana más poblada del país y una de las conurbaciones de mayor crecimiento económico y poblacional durante las últimas décadas debido al número de prósperas empresas que se han asentado en las zonas industriales de las ciudades de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo.

Pero no todo es brillo y lustre en la historia de la región lagunera, pues de 2008 a 2012 su gente, ciudades, empresas e instituciones vivieron y padecieron una estela de inseguridad y terror que la colocó varias veces en los primeros lugares dentro del ranking de las más violentas a nivel nacional. A pesar de los diversos operativos que se implementaron para contener el fenómeno de la violencia e inseguridad, tales como el Operativo Conjunto Laguna (junio 2008), la intervención de la Policía Federal (julio 2010), el Operativo Sellamiento Nazas (enero 2011), Laguna Segura (octubre 2011) y Policía Metropolitana (enero 2012); ninguno contribuyó a erradicar la violencia e inseguridad por sí solos.

Esto se puede constatar no sólo a partir de los datos de incidencia delictiva compilados durante esas fechas, sino también por los eventos trágicos que se registraron en la región, dentro de los que se cuenta el ataque perpetrado en julio de 2010 por un comando armado a la Quinta Italia Inn, en Torreón, que dejó un saldo de 17 muertos y 18 heridos, y que tiempo después se descubrió había sido perpetrado por reclusos del penal de Gómez Palacio, quienes con el permiso de autoridades de dicho centro de readaptación salieron a cometer la ejecución como parte de un ajuste de cuentas entre bandas rivales de la delincuencia organizada. Se cuentan también los hechos ocurridos en los bares El Ferry y Las Juanas, en febrero y julio de 2012, y el de la balacera contra policías municipales afuera del estadio Corona, que provocó el pánico de la afición que asistía a un juego de fútbol y que fue registrado en cadena nacional por las televisoras. Lo anterior, a pesar de la depuración de 400 elementos de la policía municipal de Torreón, que se emprendió en 2010, y de la desintegración de las policías de Gómez Palacio y Lerdo, en 2013, acusadas de estar vinculadas con el crimen organizado.

En el marco de este recuento de hechos, cabe reconocer y destacar que desde finales de 2011 y principios de 2012 se empezaron a realizar esfuerzos institucionales por atender la problemática de seguridad con una visión metropolitana, como se advierte con la implementación de los diversos operativos estatales. Esto propició que a partir de 2013 se registrara una caída en la incidencia de homicidios dolosos, pasando de más de mil casos registrados en 2012 a 578 en 2013, hasta llegar a 291 en 2014.

Esta circunstancia coincide con la puesta en marcha del Operativo Laguna Segura, a cargo del Mando Único, y posteriormente la culminación del Mando Especial de la Laguna, modelo de coordinación de todas las corporaciones de seguridad de los tres niveles de gobierno, que recientemente ha sido reconocido por el jefe de Ejecutivo como caso de éxito para incorporarlo a la Estrategia Nacional de Seguridad.

Junto con ello se destaca el empuje, compromiso y activismo de las numerosas organizaciones de la sociedad civil que asumieron un liderazgo y surgieron en medio de los más difíciles momentos de crisis de seguridad que agobiaban a La Laguna. Estas organizaciones vencieron el miedo y la apatía, y alzaron sus voces para exigir la intervención de las autoridades de todos los niveles en demanda de soluciones prontas y expeditas, como el Consejo Cívico de las Instituciones Laguna (CCIL).

La organización dio ejemplo de que los altos niveles de violencia no lograron destruir a la gente de La Laguna, sino que la transformaron en un actor colectivo dispuesto a enfrentar activamente los problemas que le agobiaban.

Esta sociedad civil organizada y transformada pronto empezó a ocupar un espacio para establecer un diálogo permanente con las autoridades sobre diversos temas, primordialmente el de la seguridad, para coadyuvar y ser corresponsables de las soluciones que la realidad demandaba, lanzando el mensaje de que cuando la sociedad y gobierno trabajan juntos se pueden encontrar alternativas de solución y ver prontos resultados.

A partir de entonces, en La Laguna se han logrado mejorar sustantivamente las condiciones de seguridad, y cuenta entre sus mejores logros la conformación, en 2015, de la Mesa de Seguridad y Justicia (MSJ) de Torreón, en Coahuila, y posteriormente la de Gómez-Palacio/Lerdo en Durango, con la asesoría, apoyo y orientación de la Fundación México SOS.

Con esta iniciativa, México SOS comienza el proceso de institucionalización de la participación ciudadana, mediante el espacio que conforman las MSJ. En ellas convergen los esfuerzos comprometidos y corresponsables de autoridades y ciudadanos, quienes bajo un modelo de trabajo y metodología propia han logrado establecer una agenda en común y darle puntual seguimiento.

Más aún, la incorporación de la MSJ Torreón a la Red Nacional de Mesas de Seguridad y Justicia ha permitido conocer y replicar experiencias de otras localidades y estados en la región y viceversa, enriqueciendo el trabajo que ahí se realiza. De igual forma se han atendido las problemáticas locales, mediante las comisiones que integran la estructura organizativa de las Mesas, y poco a poco se han obtenido resultados satisfactorios. Destacadamente, las comisiones de Indicadores, de Fortalecimiento Institucional y de Certificación de Penales han permitido consolidar los espacios de colaboración institucional establecidos con las autoridades locales y federales.

Las MSJ han sido fundamentales para ir solucionando problemáticas específicas que requieren la atención y responsabilidad compartida de una sociedad que busca mejorar sus condiciones integrales de vida. Se ha ido cambiando la retórica bélica que envolvía el fenómeno por un discurso de paz, de trabajo coordinado y comprometido, que ilumina la visión de futuro para la región.

Hoy el caso de la Laguna es un ejemplo de éxito porque nos muestra que se puede salir de situaciones altamente críticas cuando sociedad y gobierno se coordinan y anteponen el bien superior a los intereses personales o de grupo. Falta mucho aún, por eso no se puede bajar la guardia, pero sin duda alienta la esperanza, con realidades medibles, de que hay caminos para recuperar la seguridad, la justicia y la paz.





     
 

Fuente: Animal Político

 
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