Los reos, de los ocho Centros Estatales de Readaptación Social, fueron trasladados a diferentes penales para evitar vínculos con el crimen

Más de 500 internos de los ocho Centros Estatales de Readaptación Social (Cereso) del estado de Chihuahua fueron trasladados a diferentes penales para evitar vínculos con el crimen.

Como medida de seguridad también más de cinco mil reos fueron cambiados de celdas dentro de los penales.

"Estamos movilizando alrededor de 560 personas de un centro a otro, esto es parte de las estrategias para tener el control pleno de los centros penitenciarios", indicó

Eduardo Guerrero, fiscal de Ejecución de Penas y Medidas Judiciales de Chihuahua.

En el Cereso número tres de Ciudad Juárez, los reos fueron llamados uno a uno.

Con todas sus pertenencias, los internos fueron llevados al patio central de la penitenciaria para verificar su identidad y luego abordar varios autobuses que fueron custodiados por policías estatales.

Estos traslados simultáneos en Chihuahua pretenden evitar la creación de grupos criminales al interior de los reclusorios.

"El objetivo es disuadir posibles vínculos al interior de los centros penitenciarios. Movilizamos cerca de cinco mil internos, los cambiamos de celdas y de módulos", precisó el fiscal.

Los ocho reclusorios de Chihuahua no han registrado un amotinamiento de reos desde hace varios años.

"En 2010, hubo doce motines, que tuvieron como resultados 216 muertes al interior de los centros penitenciarios, hoy en Chihuahua desde 2012, no tenemos un solo motín", destacó el funcionario.

Hace un año, la Fiscalía de Ejecución de Penas y Medidas Judiciales determinó cerrar las cárceles de los municipios de Ocampo, Chínipas, Guadalupe y Calvo, Jiménez, Ojinaga, Guerrero, Camargo y Delicias por no reunir las medidas de seguridad. Los reos de estos penales fueron enviados a reclusorios Estatales de Chihuahua.

LSH/LHE

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