Baja California Sur: ¿una catástrofe anunciada?

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Los devastadores efectos que el huracán Odile trajo a Baja California Sur hacen ver, una vez más, que pese a contar con mecanismos institucionales para prevenir y atender este tipo de contingencias, los protocolos adoptados no han dado los resultados que todos esperamos.



Además del conocimiento sobre los efectos que el cambio climático ha traído al planeta, la experiencia acumulada, al tener que enfrentar contingencias naturales de manera recurrente, nos permiten anticipar la acción de los fenómenos atmosféricos para tomar medidas, actuar con oportunidad y reducir los daños materiales y humanos que ocasionan los huracanes, ciclones, depresiones tropicales o tormentas; sobre todo en las zonas costeras o litorales.

Por contar con 11 mil 122 kilómetros de litoral y estar rodeado por dos océanos, México es un país que está obligado a disponer de mecanismos de prevención eficientes y operantes para enfrentar este tipo de contingencias, reducir los riesgos a que se enfrenta la población civil y las pérdidas materiales que arruinan la vida económica y patrimonial de las ciudades, puertos y territorios que las padecen.

Los devastadores efectos que el huracán Odile trajo a Baja California Sur hacen ver, una vez más, que pese a contar con mecanismos institucionales para prevenir y atender este tipo de contingencias, los protocolos adoptados no han dado los resultados que todos esperamos < href="https://daraint.org/wp-content/uploads/2010/12/CVM_Complete-1-August-2011.pdf">a pesar de que diversos informes científicos, nacionales e internacionales, han dado cuenta que México será el tercer país más afectado por el cambio climático. Situación que obliga a pensar en la necesidad de fortalecer nuestro Sistema Nacional de Prevención de Desastres y exigir que las autoridades de los tres órdenes de gobierno actúen de manera coordinada, con anticipación y responsablemente, pues durante estos días de tragedia la prensa ha recogido quejas de la población local denunciando que no fueron advertidos sobre las dimensiones del meteoro ni de las consecuencias que podría traer para la vida de las personas, familias, comunidades y actividades económicas; testimonios que han sido corroborados por gente que viven en el estado y es cercana a nuestra organización.

Los costos humanos, económicos, sociales y políticos que los fenómenos naturales han traído al país durante los últimos años han sido devastadores, si consideramos el número de muertos, daños patrimoniales que sufre la población civil, la infraestructura de las ciudades, puertos y comunidades; sin contar las pérdidas millonarias que afectan la actividad de los sectores productivos y la merma que sufren los presupuestos anuales de las secretarías que deben atender las contingencias. Costos que, de acuerdo con los reportes antes mencionados, se seguirán incrementando durante los próximos años y obligan a tomar medidas preventivas urgentes para aminorarlos, a riesgo de ver cancelados los proyectos de desarrollo que se impulsan en el país o de ver incrementados los obstáculos que sufren algunos estados que se encuentran en permanente riesgo.

En este sentido, resulta importante recordar que Baja California Sur cuenta con una economía altamente concentrada en la prestación de servicios y turismo, que durante 2013 registró el mayor incremento de PIB a nivel nacional (4.9%), gracias a la ejecución de proyectos de construcción vinculados a la actividad turística y al dinamismo de ésta. Lo cual repercutió positivamente en la generación de empleos formales (registrados en el IMSS), al tener un incremento de 4.9% durante el periodo contra 3.5 que se dio a nivel nacional. Circunstancia que se ha visto severamente afectada por los daños que provocó Odile en la vida económica, política y social de los sudcalifornianos y particularmente de los cabeños, que resultaron ser los más severamente afectados.

Si bien fuimos testigos de actos de saqueo durante y después de que impactó el huracán, en cierto sentido tolerados por los propietarios de los centros comerciales -que de acuerdo con algunos de los afectados “sacó lo malo que tiene la gente” de la zona- la pérdida de confianza de la población en sus autoridades locales (presidente y policía municipal) por su nula presencia durante la contingencia y porque algunos policías municipales fueron sorprendidos participando de los saqueos durante la contingencia repercutirá, de una u otra manera, en la cohesión social de unos de los estados que cuenta con un alto índice de desarrollo humano y uno de los menores índices de inseguridad en toda la República. Esto afectará a su vez el trabajo de organizaciones como el Consejo Ciudadano para la Seguridad Publica y la Justicia Penal de Baja California Sur, A.C., quienes coordinan las Mesas de Seguridad y Justicia SOS de La Paz y Los Cabos, y en cuya actividad convergen los esfuerzos de organizaciones vecinales, del sector empresarial, autoridades municipales, estatales y federales responsables de las políticas públicas de seguridad, en la instrumentación de proyectos colectivos para la prevención social de la violencia y delincuencia, para la atención de la violencia familiar y de género, de fomento a las escuelas libres de violencia, de movilidad segura y encaminados a prevenir la comisión de delitos.

Es por esto que resulta lamentable saber que contando con instituciones adecuadas para la atención de estas inevitables contingencias, con presupuesto asignado para su operación y con organizaciones de la sociedad civil actuantes y responsables en el cuidado de su entorno, la ineptitud de ciertas autoridades contribuya a incrementar los daños de uno de los polos de desarrollo económico y social más sólidos con que cuenta el país. Sin lugar a dudas, dichas autoridades están llamadas a entregar cuentas de su actuación durante la contingencia para deslindar responsabilidades y contribuir a la reconstrucción de la confianza de la población en sus autoridades. De lo contrario, mucho de lo ganado podría verse seriamente afectado.

Por: Alejandro Martí

Fecha de Publicación: 24 de septiembre del 2014

Fuente: Animal Político